
- ¿Viste que a veces el sol ciega y hace estornudar si lo mirás de frente?
- No tengo idea del porqué de esta cuestión, pero si algún día la duda se volviera mordiente, inmediatamente me dirigiría a la gente que más sabe de sol, con la probable excepción de las damas de los countries: los Paseadores de PerroS, o como me gusta llamarlos, los Pepe Ése.
- Ajá. Siendo ese casualmente el tema principal de tu último libro, ¿verdad?
- Sí, sí, justamente. Es más, aquí mismo tengo una copia para usted.
- Contanos un poco más de esta gente tan interesante, por favor.
- Los Pepe Ése forman parte de la categoría de gente que trabaja en la calle, pero se diferencian de sus calaños cadetes y motoqueros principalmente en el tinte de su parsimonia.
- ¿Te referís a la bebida?
- Eh… en realidad no: si bien es de público conocimiento la afición del gremio por las espirituosas, y en particular las cajas de vino, el libro intenta ir un poco más allá de esa cuestión, y pintarlos en cuerpo, alma, y realidad socio-económica.
- Entiendo: leo tu libro, y los voy a poder reconocer por la calle.
- Cerniéndonos a la mera cuestión del reconocimiento, el libro resulta bastante innecesario: verá Ud., los Pepe Ése en general circulan con una significativa aura canina a su alrededor, lo cual los hace fácilmente identificables. Llevan muchos perros, ¿me entiende?
- Sí, sí, claro que te entiendo. Perros…
- Sí, esos animales habitualmente con pelo, cuatro patas, y ladran… ¿los ha visto?
- Por supuesto, tengo muchos amigos perros, digo, muchos perros con amigos…
- Ah, claro, claro.
- Y… ¿Hace algún tipo de show o función con esto…?
- Más allá del espectáculo dantesco de este momento, eh, no.
- ¡Ay! ¡Qué diviiino!
- …
- Bueeeno, démosle un gran aplauso a… ¿cómo era tu nombre?